Ethos y metodología
Mi Filosofía
Los ejecutivos y profesionales de alto nivel se enfrentan a una gran diversidad de situaciones y tensiones. La ansiedad, la fatiga o la soledad que surgen de la presión de tener que tomar decisiones pueden afectar tu bienestar. Incluso las personas de negocios más seguras de sí mismas pueden sentirse paralizadas por la incertidumbre o la responsabilidad en momentos críticos de su trayectoria.
Por lo tanto, mi proceso de coaching se centra inicialmente en ayudar a los clientes a darse cuenta de sus propias necesidades y deseos. Las herramientas y técnicas que utilizo implican escuchar con atención y cuestionar en profundidad, lo que permite al cliente comprender sus problemas con mayor agudeza. Con nuevos conocimientos y perspectivas, el cliente tiene la capacidad de formular su propia solución y crear un plan para implementarla.
Las conversaciones que surgen en nuestras sesiones son siempre confidenciales y se basan en el respeto mutuo, el cuidado y la apertura. Por eso, incluso cuando estas preguntas profundas hagan surgir sentimientos turbulentos, siempre puedes confiar en que te ayudaré y acompañaré en el desarrollo de las resoluciones adecuadas.
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El método de coaching ontológico
La práctica del coaching ontológico se considera cada vez más “el estándar” en materia de coaching, y se ha ganado una reputación global por su innovación y potencia como metodología. Ofrece un marco integral para atravesar con resiliencia, aguda conciencia y claridad mental, las incertidumbres y el flujo constante de la vida diaria.
La ontología, por definición, es el estudio filosófico de la naturaleza del ser, la existencia o la realidad. Como método de coaching, se refiere a examinar completamente nuestra "forma de ser" mediante las vías clave a través de las cuales los seres humanos experimentamos el mundo: el cuerpo, las emociones y el lenguaje. El área del lenguaje y la comunicación es un componente especialmente clave de la metodología, y se entiende como un factor crítico para generar nuestras realidades. Tanto en el entorno personal como profesional, nuestro uso del lenguaje modela los resultados de nuestras interacciones y los futuros que creamos.
Dado que una persona no puede cambiar aquello de lo que no es consciente, la reflexión profunda sobre estas cosas es una parte fundamental del proceso. Naturalmente, perseguir esto en el contexto del coaching requiere un intercambio lingüístico. El cliente empieza expresando palabras que describen su realidad actual y comienza a reflexionar a medida que se desarrolla la conversación. Luego, a través de intercambios más profundos y preguntas sólidas, puede generar reflexiones más agudas y encontrar nuevas palabras para expresar los valores descubiertos, las metas por las que luchar o un nuevo rumbo que desee trazar.
Lo mejor del coaching ontológico es que implica una inmersión más profunda en el ser que el coaching convencional, orientado a objetivos. Su capacidad para catalizar una transformación profunda y cambiar los patrones crónicos constituye un esfuerzo poderoso tanto para las personas como para las organizaciones. Una vez que uno está equipado con las habilidades que brinda la metodología ontológica, las posibilidades se abren, las perspectivas se expanden y las potencialidades para un futuro diseñado por uno mismo emergen de forma natural.

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